¿Qué es la atopia?

¿Qué es la atopia? una explicación sencilla para empezar a comprender

¿Qué es la atopia?

Una definición simple de la atopia

La atopia es una hipersensibilidad al medio ambiente, con un origen genético. Por múltiples y complejas razones, el cuerpo reacciona de forma exagerada ante ciertos alérgenos e irritantes como el polvo, el polen, etc. La atopia puede expresarse en forma de asma, eczema o la famosa “fiebre del heno”.

Una hipersensibilidad al medio ambiente

Pelo de animales, polvo, polen…

Todos nos topamos con alérgenos a diario, ya sea polvo, polen o el pelo de animales. En la mayoría de la gente, no causan ninguna reacción. En cambio, en las personas atópicas, se produce una respuesta inmunitaria excesiva: el cuerpo “se defiende demasiado”. La atopia es un componente, una predisposición a reaccionar con mayor intensidad que la mayoría de las personas a su entorno.

En concreto, la atopia equivale al hecho de poseer y producir una cantidad excesiva de anticuerpos específicos, denominados inmunoglobulinas E (IgE), que por consiguiente reaccionan de forma exagerada a los elementos del medio ambiente.

Asma, eczema, “fiebre del heno”…

La atopia puede manifestarse de muchas maneras diferentes, en función de qué partes del cuerpo reaccionan de forma exagerada.

En teoría, puede afectar a:

  • la piel: desarrollando un eczema atópico
  • los pulmones: con el asma
  • los ojos: a través de la conjuntivitis alérgica
  • la nariz: con la rinitis alérgica, la famosa “fiebre del heno”

 

Si sufre uno de estos trastornos, es un signo de que es atópico. Uno sigue siendo atópico toda su vida (es un componente), pero no tiene por qué padecer todas estas manifestaciones ni sufrirlas “para siempre”. Algunas personas pueden presentar asma sin nunca tener eczema, o fiebre del heno sin asma.

La marcha atópica

Cuando estos trastornos se desencadenan uno tras otro, se habla de marcha atópica. Esta sucesión es, de hecho, previsible, en el sentido de que suele seguir un orden típico: primero el eczema atópico, luego el asma y, por último, la rinitis y la conjuntivitis.

A veces, las enfermedades atópicas se alternan o evolucionan en paralelo.

Uno también puede descubrir su atopia con el eczema sin que nunca se active la marcha atópica.

¿Viene de familia? El componente genético

Esta hipersensibilidad al medio ambiente tiene un origen genético, por lo que a menudo hay varias personas atópicas en la misma familia: la madre, el padre o un hermano o hermana.

Los factores genéticos responsables de la atopia afectan a:

  • las reacciones de defensa (el cuerpo reacciona con más intensidad a su entorno)
  • la estructura de la piel (al ser más seca y más sensible, su función de barrera se ve alterada)

La piel atópica y el eczema

Dado que la atopia está vinculada a reacciones inmunitarias más intensas y afecta a la estructura de la piel (entre otras cosas), suele provocar eczema. La piel atópica presenta una disfunción y se inflama con demasiada facilidad.

Este suele ser de hecho el primer signo de la enfermedad, sobre todo en los lactantes. Afortunadamente, el eczema atópico suele desaparecer por sí solo antes de la edad adulta.

Una piel que protege menos

Normalmente, la piel debe actuar como una barrera contra los elementos externos a nuestro cuerpo. Sin embargo, la estructura de la piel atópica se encuentra modificada: es demasiado seca, es más porosa y no es lo bastante grasa ni lo bastante ácida. Como resultado, permite que penetren más alérgenos e irritantes (procedentes del polvo, de detergentes agresivos, del pelo de animales, etc.) en la piel. Es en parte la causa del eczema atópico.

Una piel que reacciona demasiado

Como ya hemos mencionado, la piel atópica es también una piel que reacciona de forma exagerada: es hiperreactiva y su respuesta inmunitaria desproporcionada. Por desgracia, esto permite que los alérgenos e irritantes entren más fácilmente. El resultado: una inflamación que se traduce en eczema.

La piel atópica no es literalmente una piel alérgica. Sin embargo, la piel atópica es más propensa a desarrollar alergias y, por ende, un eczema de contacto. Es algo a tener en cuenta a la hora de elegir su profesión.